Cuando fue al médico por controles de rutina, quedó en estado de shock cuando le informaron que padecía un síndrome llamado MRKH, una condición genética que causa que la vagina y el útero estén ausentes o subdesarrollados impidiéndoles funcionar.
Como la zona genital aparenta normal, y los ovarios de las mujeres que padecen esto funcionan correctamente, se enteran de este mal ya de grandes, cuando empiezan a tener relaciones sexuales o cuando no menstrúan a tiempo.
"Me fui del doctor llorando. Nunca sabré lo que es dar a luz, estar embarazada o tener un período. Todo lo que había imaginado automáticamente se borró de mi futuro. Estaba muy enojada y sentí como si no fuera más una mujer", aseguró Jacqui Beck según informa elHuffington Post.
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