Fue entonces que esta abuela descubrió que, en lugar de ir a la histórica ciudad de Granada, su vuelo se dirigía a la isla caribeña de Granada. Gracias a este malentendido, la mujer se vio en un vuelo de diez horas a través del Atlántico en lugar de uno sencillo de dos horas al sur de España.
Kingdon, de 62 años, había planeado su viaje a Granada en el marco de una “lista de deseos” después de que le diagnosticaran cáncer de mama y un tumor cerebral.
Ella había reservado el vuelo telefónicamente con millas aéreas de su marido y no se dio cuenta del error hasta dos horas después del despegue. “Después del almuerzo y un gin tonic empecé a charlar con la señora sentada a mi lado”, dijo. “Yo le dije lo mucho que tenía ganas de ver la Alhambra. Ella respondió: ‘No en este vuelo’”.
Posteriormente “ella agarró el codo de una azafata que pasaba y le dijo: ‘Esta mujer piensa que va a España’. Miré el boleto y vi que efectivamente decía Granada”.
La tripulación del vuelo llevó a la simpática señora Kingdon a la cabina de primera clase y le dio champán.
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