El trabajo, elaborado por Jill M. Rabin y Shieva Ghofrany, revela que esta prenda favorece la aparición de infecciones, urinarias o vaginales, debilitando la salud física de la fémina.
Esto se debe a que la línea de la tanga puede transmitir bacterias desde el colon a la vagina o viceversa, especialmente si son de materiales sintéticos.
Asimismo, el uso constante de tangas puede complicar los problemas de hemorroides e irritación en la zona vaginal.
Las expertas señalan que para evitar esto, las féminas que gusten de esta prenda interior deben escoger lencería de algodón y utilizar protectores o tallas higénicas pequeñas para protegerse. La higiene regular en la zona es absolutamente necesaria.
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