El anciano, afectado por la vergüenza, tardó doce horas en ir a un hospital de Camberra, en Australia, donde tuvo que ser intervenido de urgencia.
Según informó ABC.es, los médicos debieron dormir con anestesia general al paciente para poder extraerle el tenedor de diez centímetros de longitud gracias a una laboriosa maniobra que requirió mucho lubricante y pinzas.
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