Desde ahora, los altos cargos públicos de la provincia de Gorontalo, en Indonesia, no podrán contratar a mujeres jóvenes o atractivas como secretarias. La extraña prohibición fue impuesta por el gobernador local, Rusli Habibie, quien la justificó en la necesidad de combatir el adulterio en los lugares de trabajo.
Tal como suena: Habibie declaró que la iniciativa pretende que los funcionarios se centren en su cometido, y procura "atajar" las infidelidades en horas de labor.
"He recibido informes sobre jefes de departamento tonteando con sus secretarias", denunció la autoridad, quien lamentó que los adúlteros se comporten con ellas "mejor que con sus propias esposas o a sus hijos".
"Por estas razones, les he ordenado que reemplacen a sus secretarias femeninas por hombres o por mujeres mayores que ya no sean atractivas", indicó el directivo.
Gorontalo es una provincia situada en la isla de Célebes que tiene más de un millón de habitantes.
Habibie pidió a la administración provincial que confeccione un listado de las secretarias que trabajaban allí hasta ahora, puesto que sólo las jefas de departamento podrán contratar a asistentes de su mismo sexo.
Las recomendaciones del gobernador también alcanzaron a las secretarias, a quienes pidió que se centren en sus labores y resistan las insinuaciones de sus superiores.
Habibie confía en que esta "sanción moral" tenga éxito y sea respetada por todos los funcionarios, aunque la medida no cuenta con el consenso popular.
"La nueva regulación culpa básicamente a las ayudantes más jóvenes, que tienen menos experiencia y, normalmente, no cuentan con posibilidades de defenderse", explicó Ribka Triwayuning, secretaria de Yakarta.
Triwayuning indicó que, bajo su punto de vista, "se debería castigar a los altos cargos que, aprovechando su posición de poder, se comportan inapropiadamente, y no a las mujeres".
Preocupación en ONU Mujeres
No es la primera vez que el jefe provincial de Gorontalo causa sorpresa con sus particulares decretos. El año pasado promulgó una iniciativa orientada a la fidelidad marital, que exigía a 3.200 empleados varones que transfieran íntegramente sus salarios a las cuentas corrientes de sus respectivas esposas.
El objetivo de la medida también era "limitar el número de adulterios", lo que parece una obsesión del gobernante local.
Las insólitas medidas adoptadas en relación con el género en ese país de mayoría musulmana han generado preocupación en ONU Mujeres.
"Para progresar verdaderamente, se necesitan cambios legales que protejan a las mujeres", apuntó Lakshmi Puri, directora ejecutiva interina de la entidad internacional, en recientes declaraciones a los medios indonesios.
"Hay que terminar con la violencia y la discriminación, ampliar el horizonte potencial de las mujeres y asegurar que se les otorgue voz y liderazgo", señaló.
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