Fu Xuepeng sobrevive a un accidente de tránsito gracias a un respirador artificial casero que se acciona a mano. La familia del paciente que vive en Chine inventó este sistema debido a que poseen pocos recursos.
Los parientes de Fu se turnan durante el día para maniobrar el equipo rudimentario que permite respirar. En la noche, la familia asume el costo de encender un respirador artesanal que consume energía.
El hermano del accidentado diseñó el aparato electrónico rudimentario que funciona con un motor eléctrico para impulsar el aire. Gracias a esto, Fu puede llenar sus pulmones de aire durante la noche.
De esta manera, el paciente lleva cinco años tras el accidente que dañó su sistema nervioso y paralizó todo su cuerpo.
La familia conseguirá un aparato profesional para mantener a su hijo con vida gracias a una empresa que fabrica respiradores. El Estado comunista también dispuso que doctores y enfermeros lo asistan en su domicilio.
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